El 14 de noviembre de 2012 llegamos a la confluencia con el río Sun Kosi, la que reúne todas las aguas del este de Nepal. Habíamos realizado el primer descenso completo del río Likhu Khola desde Dudele a casi 2000m de altitud hasta Sun Kosi a 400m de altitud. 4 días de navegación seria, los primeros tres con cañones largos clase V, y lejos muy lejos de cualquier carretera o ayuda externa. Hazaña arriesgada y exitosa con un nuevo eslogan: "Zorriak inoiz baino zorriago", los Piojos más piojos que nunca.
El río Likhu Khola (abajo a la izd) fluye de norte a sur entre los ríos Tamba Kosi y Dubh Kosi, siendo esta última la que viene del sur del Everest, la montaña más alta del mundo (arriba a la dcha).
Con las aguas de los glaciares de Numbur, Likhu Chuli y otras montañas de casi 7000m, el río Likhu Khola discurre por un valle angosto y con mucha pendiente.
Hace años el trekking normal al campamento base del Everest salía desde Jiri y en dirección este cruzaba el río Likhu Khola por Kenja. Hoy en día casi todos pasan volando en avión o helicóptero que les lleva a Lukla o Namche Bazar.
Parece que únicamente una expedición a explorado este valle. Fue en 2001 cuando 4 kayakeros nepalíes con dos más de apoyo por tierra, entre ellos nuestro informante Achyut Gautam, que entraron en Kenja y llegaron al Sun Kosi. Era con agua baja de febrero y reportaron que la mayoría de los rápidos eran peligrosos y muchos no navegables, porteando cañones enteros. Ahora era nuestro turno e ibamos a entrar con más agua y desde más arriba.
Con un mapa en las manos, preguntando en el camino, con poco dinero en los bolsillos, Zorriak improvisando, llegamos a Bhandar en bus de montaña. Después tocaba caminar, y lo hicimos sin porteadores con todo encima. Al principio por la ruta del campo base del Everest y después valle Likhu Khola para arriba por río derecha, pasando por Gundel. Tras 3 días caminando llegamos al puente de madera de Dudele a casi 2000m de altitud.
Link: 3 días caminando con kayaks. De porteadores por Nepal.
Mino pasando por debajo de un puente de madera postmonzónica.
Cuando embarcamos el caudal del río era de algo menos de 15 m3/s. 4 días más tarde el Likhu Khola casi con 50 m3/s vertía sus aguas en el gran Sun Kosi.
A la derecha bufeando por encima de una roca.
Abajo un buen rápido de varios movimientos y al final saltando por encima del rebufo con todo el kayak lleno y pesadito. Aun así, parece que mi Zet Kayak sigue siendo más ligerito que los otros, jeje.
Cuando mirábamos hacia atrás después de correr los rápidos es cuando nos dábamos cuenta del desnivel que estábamos descendiendo.
Los 3 íbamos kayakeando muy bien en patrulla, sin fallar, bien comunicados, sin molestar, apoyandonos y cuidándonos. Sólido el Team Zorriak.
Pasamos por debajo de unos cuantos puentes y por delante de unas cuantas miradas extrañadas y curiosas.
Hubo tramos y cañones en que no veíamos a nadie y otros tramos más fértiles y abiertos donde se habitaba más.
En la foto de abajo sacamos el mapa para situarnos e informarnos. Siempre respetuosos y curiosos, los nepalíes están hechos de un material duro, y los pequeños ni lloran cuando les pegan o se caen. En un ambiente natural hostil los placeres son otros y los lamentos pocos.
Los rápidos eran peligrosos y comprometidos. Todo lo que podíamos lo analizábamos desde el kayak y corríamos el rápido. Si no se intuía la línea y había peligros, uno de nosotros salía del kayak a la orilla y comunicaba la línea a los compañeros. Si tampoco estaba claro, los tres salíamos a las rocas a mirar el rápido. Luego descendíamos el rápido los 3 juntos, o a turnos haciendo seguridad y tomando imagenes.
Mino eta Txomin entrando al rápido y pasando por debajo del puente de bambú.
Los rápidos y el desnivel eran continuos con pocos planos. Los primeros 3 días fueron fuertes con largos cañones clase V. El tercer día, después de 5 horas encañonados de clase V, los tres zorriak deseábamos que se abriese el valle y fluir sin estrés y sin rápidos sorpresa. El cuarto día fue tranquilo.
También navegamos por cañones verdosos disfrutones y románticos.
"Cuando decidas dejar este tipo de deportes pasate por el quirófano" me dijo el otorrino.
Ya que llevo el tímpano derecho perforado desde hace 2 años por una mala recepción en una cascada, para evitar infecciones no me puede entrar ni una gota de agua en el oído, asi es que llevo un tapón y esta banda negra en la cabeza para que no se escape el tapón.
Tope estylish!
Descendimos todos los rápidos del río en kayaks excepto 4. Fueron 4 porteos cortos de rápidos como las que se ven en estas fotos. Porteos sencillos y evidentes. No son nada apetecibles los porteos largos con kayaks llenos y pesados.
Eneko buffeando con la banana amarilla. Txomin con el kayak rojo cubriendo desde detrás de la roca.
Ahí está el camino, entre las rocas y para abajo.
Un buen lugar en la orilla del río para almorzar noodles, nuestro plato favorito de expedición ya que pesa poco y lo podemos comer sin cocinar. Pasta fast food! Y seguir el viaje hacia el fondo del valle.
Sin reservas de hotel no nos fue nada mal.
0 Campamento Verde
La noche 0, en el embarque, la bienvenida. Secado de plantas silvestres y te verde.
1 Campamento de madera
Cerca de Roshi entre pedacitos de madera. Sacar las cosas del kayak (saco de dormir, esterilla, tarpa, ropa seca, cazuela, comida) y volver a meterlo.
noche 2 La casa
Cerca de Pirti ya era tarde, comenzaba a llover y paramos a buscar suelo plano para acampar antes de que se volviera a encañonar. Buena decisión.
Comenzó a llegar gente y acabamos siendo acompañados a esta casa unos 40 arrozales más arriba de nuestros kayaks. Casualidad los inquilinos habían reunido a toda esta gente para ayudar en la cosecha del arroz y ya habían acabado la tarea del día. El mejor momento para quedarse observando a estos seres extraños, y no nos quitaban los ojos ni para cambiarnos.
Cuando iba a oscurecer y todos los ayudantes se fueran a sus casas les pedimos tatopani, agua caliente, para cocinar nuestros noodles. Nos invitaron a sentarnos con ellos alrededor del fuego dentro de la casa. Sin chimenea y sin ventilación el humo molestaba, la señora mayor tosía mal, pero no le daban importancia, se habían acostumbrado a vivir así.
Con palabras de nepalí+inglés y con gestos nos comunicábamos. Compartimos nuestra pasta con ellos, pero las señoras no se la comieron hasta que hubiesen preparado su plato: dubh roti. Leche recién ordeñada de la vaca que estaba a 5 metros, y cuando hervía echarle trozos de masa de pan y seguir hirviendo. Y entre todos lo vaciamos, ellos con las manos, nosotros con las cucharas. Nos supo tan bien, estaba tan bueno, y calentito nos llenó tanto el estómago que lo recordaremos durante mucho tiempo. Dhanyabad! Gracias!
noche 3 Campamento humedo de 5 estrellas
La última noche la pasamos en una playa ancha, en valle más abierto cerca de Sangutar, bajo un cielo estrelladísimo y una humedad penetrante. A las mañanas tocaba desayunar champa, polvos de cereal nepalí en agua caliente.
El Likhu Khola dejando sus aguas en el Sun Kosi. |
De izd a dcha: Fermin Perez Mino, Txomin Abadia y Eneko Yarza. Los tres satisfechos.
Al final de la misión, 500m más abajo de la confluencia, estamos esperando el autobus para ir de vuelta a Kathmandu, si es que llega. El entorno adapta al hombre, y nos sentimos integrados con los nepalíes: sin posesiones, sucios, endurecidos, vivos y alegres.
No comments:
Post a Comment