En abril de 2011 Arantxa Marco y yo comenzamos a remontar el gran río Amazonas desde su desembocadura en el océano Atlántico, la ciudad de Belém. Viajamos en barcos locales grandes y medianos, en camarote y en hamaca. Gigante río, plano pero anchísimo. Remontamos 3360km del Amazonas hasta Iquitos, lo cual sin parar se puede hacer en unos 12 días, pero con paradas llegamos en un mes y pico.
Nuestro barco repleto de hamacas coloridas a punto de zarpar. |
Los niños canoístas para ahorrarse horas o días de esfuerzo se acercaban al gran barco paleando y lanzaban un gancho con una cuerda a las cubiertas laterales y si les salía bien remontaban el Amazonas durante unas horas sin dar una sola palada. Estos jovencitos que transportaban víveres de su familia tenían unos 8 años.
En la bajera de la popa del gran ferry vi una embarcación rara con una bañera en el centro, será una especie de kayak? Bajé y comencé a hablar con el dueño, Aleksander Doba. Ke krak!! Un abuelo gnomo de 65 años, gran tórax y espalda ancha, barba larga y felitsiano. Polaco con mucha kasta. Recién llegaba él solo de Africa en kayak, de Senegal a Brasil, primera persona en hacerlo, y cruzó el océano Atlántico en 99 días. Nos comentaba sus aventuras: de perdido dando vueltas en mitad del azul, para defenderse del tiburón que le acechaba le dio con la pala entre los ojos y rompió la pala, peces voladores que le dieron en la cara, el desalinizador que se rompió y tenía que bombear agua a mano durante 4 horas todos los días para conseguir agua potable, etc. Gran tipo.
Su kayak era especial para el océano: tenía un habitáculo en la proa para dormir, llevaba comida de astronauta y si volcaba el kayak daba la vuelta solo. El kayakzito pesaba unos 500kg.
Nos dijo que lo más peligroso fue una vez en tierra brasileña, ya que volcó y fue arrastrado a la orilla con los vientos de Lencois Maranhenses, y le robaron 3 veces. Decía que los humanos eran más peligrosos que el océano.
Él quería seguir kayakeando al Caribe y de tirón cruzar el Atlántico de vuelta, pero como no tenía bien el desalinizador cambió de planes, ahora quería bajar el río más grande del mundo, el Amazonas, y así nos conocimos, remontando el Amazonas en barcos. Cuando le dije que yo bajaba rápidos y cascadas en kayak, me dijo que él sólo había bajado cascadas de hasta 10 metros, Ke krak!
www.aleksanderdoba.pl
ALTER DO CHAO
Una de las paradas más bonitas fue en Alter do Chao, el Caribe Amazónico. Agua transparente de un gran afluente del Amazonas, el río Tapajós, playas de arena blanca, la floresta encantada en canoa, la maloca de Federico nuestro chamán, dieta de frutas, la medicina de la Ayahuasca, meditar hablar y pensar, reflexionar. Un acercamiento al espíritu, por segunda vez en mi vida. No obstante tristeza me da lo fácil que es olvidar y alejarse del espíritu.
Ya preparados nos vamos paleando en una canoa, el viaje ya comenzó, el agua unirá el micro y macrocosmos. 4 viajeros: Fede, Rey, Arantxa y Eneko. Buscamos la aldea indígena abandonada de Taína.
La hemos encontrado. Es el atardecer, de aquí partiremos, es el útero cósmico.
Medicina ancestral en una construcción indígena tradicional. A cada uno le tocó lo suyo, aunque a mí lo que más me sirvió fue la preparación previa.
Gracias Yajé y gracias Fede, y a la compañía.
Ojalá próximamente me vuelva a acercar a ese dios que todos llevamos dentro...
Siguiendo el curso del río madre para arriba, me siento alivianado, y voy cortando medios txurros, pelo y barba, y tirándolos al Amazonas, mientras los veo alejarse en su camino al mar.
Después de conocer Manaus y la Triple Frontera de Tabatinga (Brasil), Leticia (Colombia) y Santa Rosa (Perú), hemos llegado a Iquitos en medio de la selva sin conexión de carretera. Es mayo y las aguas del Amazonas están altas, las calles están inundadas y la gente se mueve en canoas. Rentamos un taxi-canoa en donde yo acabé de taxista y el taxista ganó su sueldo sin trabajar.
Al pasar por esta casa de la foto las mujeres dijeron: "Rema bien este rubio!" y yo disfrutando.
Alrededor de Iquitos todo tipo de animales se concentran y estos son los que vimos: jaguar, tigrillo, aves de vistosos plumajes, tortuga prehistórica, caimán, monos, una mariposa naciendo de la crisálida, etc.
=>En esta foto un oso perezoso de lento movimiento me abraza y no quería soltarse, en un centro de acogida de animales heridos o incautados.
Y en la foto de abajo no voy a soltar la cabeza de esta anaconda.
Basándose en nuestro viaje Arantxa Marco escribió este artículo sobre la Amazonía. Hubo muchas vivencias más allá de estas letras, pero vale como una idea para lectores en general. Inmensa es la Amazonía.
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